Contacto

Tratamientos Térmicos

Mediante este proceso se puede dar dureza y elasticidad de las piezas. Los aceros de bajo contenido de carbono (SAE 1010 al 1045 y otros como el 8620) se cementan. Los de alto contenido de carbono (SAE 1050 al 1090) se templan.

Cementado:
Sometiéndolo a baños de sales y a altas temperaturas, se les agrega propiedades que le dan dureza superficial. Por ejemplo un SAE 8620 se lo puede llevar a 60HRc. Y no es frágil porque mantiene el núcleo blando.

TEMPLE:
Un acero SAE 1070 se lo puede llevar 60HRc de dureza pero queda frágil como un vidrio y rompe con facilidad, pero al revenirlo y llevarlo a 45 o 50HRc mantiene una buena dureza y además es elástico como un resorte. El acero de alto contenido de carbono se templa fácilmente calentándolo a 800 ó 850º y enfriándolos bruscamente, es decir al calentar las moléculas se dilatan y al enfriarlo se contraen, quedando así duro y frágil. El temple es aconsejable hacerlo en hornos de atmósfera controlada, para que no ingrese oxígeno y no produzca descarburación, o sea pérdida de carbono. El enfriamiento se debe hacer en aceite para temple porque es parejo y no deforma. Si se hiciera en agua, podría producir fisuras y torsiones por lo rápido del enfriamiento.

Revenido:
Para obtener elasticidad, luego de templado, hay que efectuar el proceso de revenido, o sea se lo calienta a 300 ó 400º y eso depende del horno y de la masa a calentar, como así también el tiempo que debe estar en el horno, pero vale aclarar que una vez que la masa de piezas alcanzó la temperatura deseada, puede estar indefinidamente en el horno a la misma temperatura, que no habrá modificaciones en la estructura. Cuando se lo saca del horno, se lo deja enfriar solo sin forzar y así se llega a bajar la dureza y obtener elasticidad.